La torre del Convento de la Orden

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Descripción

Gracias a la labor de la Fundación Torre de Santo Tomé, se ha conservado la torre-campanario del edificio conventual, el único elemento en pie del que fue un importante lugar para la vida religiosa y económica de la comarca hasta su desaparición.
El origen del lugar se remonta al reinado de Alfonso VIII El Noble, vencedor de la batalla de las Navas de Tolosa (1212). Por los elementos románicos aparecidos , cabe pensar que la construcción de la primera abadía se hiciera a finales del siglo XII, ya que el documento más antiguo que se conserva relacionado con ella es de 1192. Parte de los términos con los que el rey dotó a la nueva fundación se encontraban en Sepúlveda y su entorno, incluyendo los lugares de Negueruela y la Molinilla, actualmente en el Parque Natural de las Hoces del Río Duratón. A través de la confirmación de sus términos que realizó Fernando III en 1231, sabemos que era una abadía independiente de la Orden de Canónigos Regulares de San Agustín o Premostratenses, fundada por San Norberto de Xaten. Alfonso X el Sabio estableció aquí un aniversario por sus padres. En el año 1411, el papa Benedicto XIII convirtió la abadía en priorato de pendiente del monasterio de Santa María de Párraces (Cobos de Segovia). En 1567, junto con ella, pasó a depender del monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Una inscripción junto al símolo de la parrilla de San Lorenzo fecha la reconstucción del lugar en 1584. Del convento medieval apenas se han conservado algunos elementos románicos guardados en la torre. Seguramente el convento se abandonó a partir de la desamortización de Mendizábal, pero todavía perduró la relación con El Escorial. A mediados del siglo XIX, cuando se redacta el Diccionario Geográfico, Estadístico e Histórico (1845-1850) de Pascual Madoz, se recoge el curioso dato de que el párroco era nombrado por el prior del monasterio escurialense. También es lógico suponer que la iglesia de Santo Tomás apóstol a la que hace referencia sean las ruinas que se encuentran junto a la torre y que la iglesia de Nuestra Señora de la Natividad fuera antiguamente la ermita de San Roque.
De lo que hoy queda se puede decir que la torre es de tres cuerpos, construida en tosca mampostería con sillares reforzando esquinas y vanos. Los vanos del campanario se abren en el cuerpo superior y permiten disfrutar de espléndidas vistas de la dehesa de encinas y del puerto de Somosierra. El piso inferior pudo ser la sacristía, y desde él se accede a los dos pisos superiores a través de una estrecha escalera de caracol construida en piedra. Al norte se levantaba la iglesia, de una sola nave rematada con cabecera separada por un alto arco triunfal. Durante las obras de consolidación han aparecido varios fragmentos de elementos románicos como cornisas, capiteles, pilas… En las fotografías aéreas se puede distinguir el espacio del claustro, adosado al lado norte de la iglesia, entre esta y el actual cementerio. Tomás Puñal, en su libro El Guardián de Somosierra, además de profundizar en la historia medieval del convento, recoge un esquema de estos espacios.


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