La toril y el potro de herrar de Sigueruelo

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Descripción

El toril de Sigueruelo es una de las más interesantes manifestaciones de la arquitectura popular de la comarca. Se trata de un edificio de planta rectangular construido en ruda mampostería y con cubierta a dos aguas. Ha sido rehabilitado como centro socio-cultural.
El toril es una construcción vernácula. Su fábrica es de mampostería con cargaderos de madera en los vanos, menos una ventana hecha con grandes sillares. En los hastiales se nota que el edificio tuvo que ser ampliado. Tiene tres puertas, dos en la parte inferior y una en el lateral. Las primeras eran para meter a los toros y dan a dos pequeños establos con pesebres de madera. La otra, servía para el abastecimiento de paja. La armadura de madera con vertiente a dos aguas se sustenta en una sorprendente estructura de madera. Al exterior se cubre con la característica teja vuelta.
El toril, como indica su nombre, servía para guardar los toros sementales que eran de propiedad comunal y se cuidaban entre todos los vecinos que tuvieran ganado. Está situado en un lado del pueblo, permitiendo un fácil acceso desde las zonas de pastos. Junto a él, en la plazuela contigua, se conserva el potro de herrar. Situado al pie de la sierra, el término de Sigueruelo ha disfrutado siempre de buenos pastos y abundancia de agua. La tradición ganadera está muy arraigada. En el Diccionario Geográfico, Estadístico e Histórico (1845-1850) al hablar de la producción se dice «mantiene ganado lanar fino, cabrio y vacuno». Además, por encima del pueblo transcurre la Cañada Real Soriana Occidental, una antigua vía pecuaria de largo recorrido que une la comarca de Los Cameros, en La Rioja, con las tierras de Olivenza, en la provincia de Badajoz. Entra en Segovia por la Tierra de Ayllón para buscar la falda de la sierra a la altura de Riaza. En término de Santo Tomé del Puerto se cruza con la Cañada Real Segoviana, y pasa por Sigueruelo en dirección a Casla y Prádena.
Junto al toril se levanta el potro de herrar, un elemento muy frecuente en los pueblos segovianos de esta Cañada. Es una estructura de madera o de piedra y madera que servía para inmovilizar a un animal durante el proceso de herrado o durante otras labores como eran el recorte de astas, una cura, el rapado del pelaje o, más recientemente, la vacunación. La estructura de los potros se repite con pocas variaciones, a excepción del uso de la piedra (caliza, granito o esquistos) o la madera (roble, olmo o enebro) y de la presencia o no de tejadillo.


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