Es un pequeño municipio situado en el sector septentrional del piedemonte de la Sierra de Ayllón, en las proximidades del valle del río Riaza. Su única población, que en la actualidad tiene poco más de setenta habitantes, se encuentra a 1.026 metros de altitud, cercana al paso de la Cañada Real Soriana Occidental. Tradicionalmente producía lana que era enviada al lavadero y los telares de Riaza.
Antiguamente, se le conocía simplemente como El Corral, recibiendo su apellido a mediados del siglo XIX. Su historia está ligada Ayllón a cuya Comunidad de Villa y Tierra perteneció desde la configuración de esta a mediados del siglo XII. Formaba parte del sexmo de Valdanzo, junto con esta población soriana, además de Languilla, Mazagatos, Santa María de Riaza (actualmente en el término municipal de Ayllón) y Valdanzuelo, también en Soria. Como la villa, a finales de la Edad Media pasó a formar parte del señorío secular de los Marqueses de Villena. A mediados del siglo XVI aparece con 49 vecinos pecheros en la Averiguación de las Vecindades de la Provincia de Segovia. En el siglo XIXX, además de la iglesia, existía también una ermita dedicada a San Roque. En un enclave de su actual término se encontraba el despoblado de Aldíñigo o Aldea Yennego, que pertenecía a la Tierra de Fresno de Cantespino.
Al norte del término se encuentra el aeródromo de La Nava, uno de los más grandes de Europa, pero sin uso desde 2013. Su origen se remonta a la Guerra Civil cuando se construyó para como apoyo a las acciones aéreas que se realizaban más allá de la sierra. En junio de 2015 fue el escenario de unas maniobras evacuación de personal no combatiente de una zona de conflicto realizadas por la Brigada Paracaidista.
La iglesia de la Inmaculada Concepción, que en el siglo XIX tenía la advocación de Nuestra Señora del Rosario, es un templo de aspecto austero, construido posiblemente en el siglo XVIII sobre una iglesia románica de la que tan sólo parece haberse conservado la portada. Consta de una sola nave rematada con cabecera cuadrangular a la que se añaden dos capillas laterales.
La fragua de Corral de Ayllón es un gran ejemplo del cariño de un pueblo por sus raíces. Exquisitamente restaurada por los miembros de la Asociación la Unidad, todavía conserva el fuelle, la fragua con el pozo y los yunques. Además, se han ido recuperando y etiquetando aperos y herramientas tradicionales.
