Cerezo de Abajo es un pueblo del ochavo de la Sierra y Castillejo de la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda, situado en una cuesta sobre el arroyo de la Garganta. En su entorno destacan el encinar y el bello paraje del área recreativa de La Dehesa. En el siglo XIII se le denominaba como Cereso de Yuso. En 1850 tenía 215 habitantes y dos paradores o fondas, dada su estratégica posición en la carretera de Madrid a Francia. A mediados del siglo XX estaba habitado por 388 habitantes. Las casas tradicionales siguen el modelo de la arquitectura serrana y se distribuyen por la pendiente con cierto desorden.
La iglesia de San Román Abad es un templo de una sola nave rematada con una cabecera poligonal que conserva los arranques de una bóveda de crucería. Este tipo de construcciones se fechan en la zona dentro del estilo gótico postmedieval, propio del siglo XVI. En el acceso se redispuso la portada románica de la iglesia de Mansilla, con sus tres arquivoltas y decoración escultórica de gran calidad, representando animales fantásticos.
Mansilla es un anejo de Cerezo de Abajo, aunque anteriormente estuvo incorporado a Duruelo, por Real Orden del 25 de enero de 1846. En esa época sólo contaba con 49 habitantes, dedicados en su mayoría al cuidado de rebaños de vacas y ovejas churras. Su caserío, muy próximo al arroyo de la Garganta, no tiene ningún elemento de interés, excepto la ermita de San Marcos, al otro lado de la carretera. Es un templo románico que quedó en ruinas y se restauró a mediados del pasado siglo. Junto al muro este, todavía es posible ver las trazas del ábside semicircular. Sobre la puerta, se colocaron unos canecillos antropomorfos.