Vista 360º
Pulsa el botón de reproducir y desplázate usando el ratón, el dedo o los controles de la imagen
Galería de imágenes
Descripción
Es uno de los templos más sorprendentes del entorno de la vertiente segoviana de la Sierra de Ayllón. El aspecto austero de su arquitectura, fechable en el siglo XVI, contrasta con la variedad y calidad de los retablos que conserva en su interior.
La iglesia es de dos naves, rematándose la principal con cabecera cuadrangular. En el lado sur se adosaron la torre y el porche de madera sobre columnas de piedra. La torre es de dos cuerpos separados por imposta. En el superior se abren sencillos arcos de medio punto para albergar las campanas.
La entrada al templo se hace a través de una portada de gusto clasicista con arco de medio punto enmarcado por medias columnas acanaladas que sostienen un entablamento sobre el que se abre una hornacina con la imagen en piedra de san Andrés. Ya dentro, a los pies de la nave sur se abre la puerta que da acceso a la escalera de madera que sube a la torre. En el otro extremo se halla la pila bautismal, de estilo románico. El retablo frontal es del primer cuarto del siglo XVII organizado en tres calles separadas por columnas acanaladas en espiral. En la hornacina del cuerpo inferior se dispone un Cristo crucificado flanqueado por san Isidro y san Sebastián. En el segundo cuerpo se disponen los relieves en madera con san Antón, san Miguel Arcángel y san Blas. En el remate, otro relieve con la escena de la Anunciación. Dos grandes arcos rebajados sobre columnas dan paso a la nave principal, en la que se levanta el coro a los pies. Tiene forma de L y conserva el órgano en su lado corto. Se cubre la nave con un magnífico artesonado mudéjar. Junto al coro se levanta un retablo barroco con un gran lienzo con la escena del Descendimiento. En ese mismo lado, dentro de un arco ciego, se alza otro buen retablo de tres calles, que quizás sea ese retablo colateral que doró y pintó Tomás de Oliva en la segunda mitad del siglo XVII. Es de tres calles, separadas por columnas acanaladas en espiral. En la calle central se abre una hornacina con el Niño de la bola. Encima san Blas y, en el remate, santa Ana con la Virgen niña. En las tablas laterales se disponen relieves con santa Catalina de Alejandría, santa Agueda, santa Lucía y santa Rita de Casia, todas sosteniendo la palma de mártir.
El arco triunfal es rebajado y la cabecera, más alta que las naves, se cubre con bóveda de arista. El retablo mayor es el mejor exponente del estilo clasicista de toda la comarca. Fue ensamblado por Nicolás de Pierres, hijo de Pierres de la Chapela, antes de finalizar en el siglo XVI, pues un documento cuenta que en 1601 ya estaba terminado. Consta de cinco calles separadas por columnas acanaladas en espiral rematadas por capiteles jónicos. La decoración con bajorrelieves es desbordante y ocupa todos los espacios posibles, por lo que enumeraremos sólo los elementos principales. En la calle central se dispone el sagrario con el Resucitado en la puerta, el expositor giratorio, la hornacina con la imagen del santo titular, un Cristo crucificado y la Santísima Trinidad. En las calles laterales interiores aparecen bajorrelieves con el Nacimiento, la Adoración de los Reyes Magos, la llamada de Jesús a san Andrés y san Pedro y la crucifixión de san Andrés. En las exteriores, se abren dos hornacinas con las tallas de san Roque y la Virgen con el Niño y, sobre ellas, los relieves con las escenas de la Anunciación y la Circuncisión. En el remate aparecen cuatro figuras femeninas alegoría de la Prudencia, la Justicia, la Templanza y la Fortaleza.