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Descripción
Es la única parroquia que queda de las nueve con las que llegó a contar la villa. Es un gran edificio barroco terminado de construir en 1701. Tiene planta de cruz latina y a los pies de la nave se levanta la monumental espadaña, cuya obra concluyó en 1724.
Se levanta en el solar en el que ya hubo otra parroquia de la misma advocación que se hundió en 1697. Se amplió el espacio necesario con el solar de la vecina iglesia de San Millán. Hasta principios del siglo XV se levantaba en este mismo emplazamiento la sinagoga de Ayllón.
Es un gran edificio barroco terminado de construir en 1701. Tiene planta de cruz latina y a los pies de la nave se levanta la monumental espadaña, cuya obra concluyó en 1724. En el exterior, reaprovechadas en sus muros se pueden apreciar tres piezas que podrían provenir de la anterior parroquia medieval y un fragmento de una estela romana.
Se accede al templo a través de una puerta con arco de medio punto flanqueado por columnas estriadas. En el remate se abre una hornacina con la imagen en piedra de la Virgen. Ya en el interior, la nave es amplia y alargada. Se cubre con bóveda de lunetos decorada con profusión de motivos geométricos. Al fondo se dispone el coro, la sillería, con la pila bautismal en el centro, y el órgano, inaugurado en diciembre de 1723. El centro del crucero se cubre con cúpula de media naranja sobre pechinas, formando un cuerpo de mayor altura. Los brazos son cortos, proporcionados con la cabecera, y como esta, se cubren con bóvedas de medio cañón con lunetos simulados en la decoración. En el brazo del lado del Evangelio se sitúan dos retablos barrocos. Uno está dorado y policromado, con una hornacina entre estípites en la que se sitúa la imagen de san Antonio de Padua. El otro está dedicado al Cristo de la Buena Dicha y tiene un lienzo de san José en el remate. Los retablos del brazo de la Epístola son gemelos de los anteriores y colocados en la misma posición. Uno está dedicado a la Inmaculada Concepción y otro a la Virgen de la Soledad, con un lienzo de santa Catalina de Alejandría.
El retablo mayor ocupa todo el frente de la cabecera y procede del convento de San Francisco. Es barroco y dorado, organizado en tres calles separadas por columnas salomónicas. En la calle central se dispone el sagrario y el expositor en forma de baldaquino, la hornacina con vidriera ocupada por Nuestra Señora de la Estepa, otra hornacina con san Cristóbal y en el remate la escena del encuentro entre santo Domingo de Guzmán y san Francisco. En las calles laterales se abre una hornacina en cada cuerpo con las imágenes de santa Teresa de Jesús, san José, san Antonio de Padua y san Bernardino de Sena.