La iglesia de San Miguel de Ayllón

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Descripción

San Miguel es un templo románico del siglo XII-XIII, conformado por una nave única rematada con ábside semicircular. En el siglo XVI se le añadió un gran pórtico con balcón para que los clérigos asistieran a los actos públicos que se celebraban en la plaza.
Todo el conjunto está construido en piedra de la zona, aunque aparecen restos de unos paramentos fabricados con piedra gris y ladrillo, pertenecientes a una construcción anterior, seguramente del siglo X.
Las cornisas de la nave y de la cabecera son también de piedra y, donde se conservan las originales, se decoran con motivos de cesteado. Estas cornisas se apoyan en canecillos decorados con temas característicos de la época, muchos de ellos figurados, entre los que podemos apreciar a un cantero trabajando en la labra de un sillar. Entre los canes se disponen metopas decoradas con distintos tipos de rosetones. El vano del centro del ábside es muy estrecho y aparece rodeado dentro de un arco de medio punto doblado y apeado en ábacos, capiteles decorados y columnas. Los ábacos y las molduras se decoran con ajedrezados de influencia aragonesa. En el muro sur del tramo recto del presbiterio se abre otro vano de similares características. Sabemos que el ábside ya necesitó una profunda restauración hacia 1637, empleándose para ello piedra de la cantera de Cenegro. Toda la intervención se hizo con la premisa de mantener lo mejor posible el primitivo aspecto románico. En el muro sur de la nave se abre la portada de acceso, que consta de varias arquivoltas adornadas con rosetones de ocho puntas, sogueado, zigzag, bolas y ajedrezado. A este muro se le adosó un pórtico con balcón a modo de mirador de toros, que terminó convirtiéndose en vivienda. Tras las obras de restauración, se eliminó la vivienda y se mantuvo la estructura original del pórtico, descubriendo las columnas de piedra y los escudos de armas que las adornan. El muro oeste se reforzó con dos altos contrafuertes para sostener la espadaña del campanario, compuesta por un sólo cuerpo con dos arcos de medio punto rematado por un austero frontón triangular. Ya en el interior, la nave es ancha y corta, con el coro de madera a sus pies. Debajo del coro encontramos un sepulcro plateresco en el que se han alojado las estatuas yacentes de don Pedro Gutiérrez y doña María Alvarez, fundadores de la capilla de San Sebastián de la iglesia de San Juan. El muro norte de la nave fue sustituido por un gran arco que da acceso a la capilla lateral.
La cabecera se une a la nave a través de un arco triunfal apuntado. Los ábacos de los capiteles se decoran con taqueado jaqués y generan una imposta que recorre toda la cabecera. Sobre la imposta se alzan las bóvedas de medio cañón apuntado y horno que cubren el tramo recto del presbiterio y el ábside. El retablo mayor es barroco, dorado y policromado, y de tres calles. En el lado del Evangelio se encuentra el sepulcro plateresco de don Juan de Contreras, quien mandó construir el pórtico.


Localización