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Descripción
El Cementerio Viejo se encuentra en las cercanías del lugar donde se levantaba la desaparecida puerta de Languilla. Siguiendo el camino que partía de ella, está el humilladero dedicado al Santo Cristo Arrodillado, al que se le guarda una gran devoción en la villa.
Ocupa el espacio de la desaparecida iglesia de San Nicolás que dependía del Real Monasterio de las Huelgas, de Burgos. A finales del siglo XVIII se planteó una gran reparación que no debió llevarse a cabo. A pesar de la orden tajante del obispo de Sigüenza, que amenazó incluso con excomulgar al administrador, las obras para su arreglo no debieron realizarse, ya que en 1833 sabemos que funcionaba como cementerio. Su uso fue tan intenso que casi un siglo después, el cronista Artigas reclamaba la construcción de un cementerio nuevo. Sobre la entrada, una inscripción en pizarra reza: «Templo de la verdad es lo que ves: No desdeñes la voz que advierte que todo es ilusión, menos la muerte. Año 1871». La portada románica que se ha conservado era de San Nicolás. Consta de tres arquivoltas: la interior se decora con motivos vegetales, ornamentación que comparte con las impostas en las que apoya. La intermedia es abocelada y decorada con motivos medias de bolas muy desgastadas. Descansa sobre ábacos decorados también con motivos vegetales, dispuestos directamente sobre columnas. La arquivolta exterior es lisa, sobre impostas similares a las de la interior. En la clave aparece un capitel con aves, que podrían ser águilas. La portada no está en su ubicación original y fue redispuesta en este punto. En torno a ella, y sin criterio arquitectónico, se colocaron otros elementos del edificio románico como cornisas, canecillos y capiteles con figuras, animales y motivos vegetales característicos de los siglos XII y XIII.
La ermita del Santo Cristo está construida con gran sencillez, sobre planta rectangular y con cubierta a cuatro aguas. En el muro sur se adosó un pequeño atrio porticado, y en el norte, un pequeño volumen a modo de sacristía. Todos los años, el primer domingo de mayo, se celebra una procesión desde la Villa organizada por la Cofradía de la Vera Cruz, y al llegar a la ermita se cantan los «remates» y la Banda Villa de Ayllón toca el tema tradicional Santo Cristo Arrodillado.